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  1. Curiosidades

    viernes, 30 de septiembre de 2011

    Estoy considerando publicar un post con fotos de acá, curiosidades, y cosas distintas…se admiten sugerencias.

  2. Ver pasar las horas en un viejo café. Entre mediaslunas, alfajores, y agua con gas. Internet en mi departamento se está haciendo de rogar. Igual que algunos papeles, en el consulado ya me saludan.
    Paciencia. Es cuestión de tiempo, nada más.
    Por lo demás, todo bien. Ya estoy hecho a la ciudad y a su ritmo, puedo caminar sin perderme, y hasta conozco las tiendas que necesito. Puede que compre una camiseta de Olimpo. Y un mate. Debería comprar un mate.
    Los gallegos atraemos la lluvia, en una ciudad con menos de 100 días de lluvia al año, ya llevo 3. Al menos ha limpiado el cielo de ceniza.
    Mi 10-24 vuelve a fallar, estoy a la espera de presupuesto, veamos que pasa.
    Por lo demás, ya estoy haciendo fotos, buscando las diferencias, buscando mi estilo, es un que se yo continuo…
    Me cansa escuchar los Simpson en latino.

    Perdón por las reflexiones al aire.
    Cenaré gnocchis.

  3. Con L de novel.

    lunes, 19 de septiembre de 2011

    Adaptarse al idioma, a que nada se llama como tu conoces, a no tener nada de lo que esperas en el super (o si, con otro nombre, pero a saber cual), a cruzar las calles, los semáforos son peculiares, a los billetes, al 1/6 en la moneda, al horario de la comida, a chamuyar con desconocidos y hablar con tu acento de siempre en confianza, al dulce de leche, a las diferencias en la comida, aprender a cocinar nuevos platos, y adquirir nuevas costumbres…lleva un tiempo, discúlpenme si tardo en escribir, en cuanto recupere internet, volveré a la carga.
    Entre tanto, se os echa de menos.

  4. 44 horas. Santiago de Compostela, Madrid, Cali, Bogotá, Buenos Aires, Liniers, Azul, Bahía Blanca. Un lujo viajar con Avianca, aunque tanto viaje, cambio de hora, luz y y todo, acaba con cualquiera.

  5. En marcha

    lunes, 12 de septiembre de 2011

    Es imposible no echar de menos a tanta gente única…

  6. Simbología

    domingo, 11 de septiembre de 2011

    La maldita simbología la condujo a mi lado esta noche. Recuerdo el día que se le entregó a su legítima dueña. Su cumpleaños. Recuerdo ese puto sabor agridulce en la boca mientras la llenábamos de recuerdos. Intentar resumirlo todo en el contenido de una maleta. No se puede. Lo mejor, lo más valioso, está en la cabeza, en el corazón. Aquella tarde en el aeropuerto. Aquel dolor. Mi hermana se iba. Nunca es fácil de entender. Tenías el mejor de los motivos, y nunca dejé de desear que te saliera todo como esperabas, pero es difícil desear suerte mientras el corazón te golpea la garganta. Es difícil explicar que te ilusiona verla luchar por su felicidad, al tiempo que se va de tu lado. Tardar 18 años en encontrar una hermana, para verla marchar dos años más tarde, no es plato de buen gusto.
    Hoy, esta maleta vino a mi. Cargada de recuerdos. Es increíble todo lo que habéis hecho por mi, y como cada cosa era mejor que la anterior. Es demasiado todo. Es difícil de explicar lo que se siente mientras la abres, pero tiene regusto agridulce. No puedo hacer otra cosa que agradeceros a todos los que habéis hecho posible esta noche, y la habéis convertido en algo especial. No me equivoco al quereros tanto. Sólo espero que no haya que armar más veces esta maleta. Simbología. Desde su diseño, hasta el lugar dónde fue comprada.
    Gracias por hacer arder Roma a nuestros pies, gracias por quemar los días y las noches conmigo, gracias por hacer cada momento, especial.
    Volveré. Volveremos.

  7. A 4 días.

    viernes, 9 de septiembre de 2011

    Piensas. Te asustas. Te convences a ti mismo. Te convencen.
    Recopilas recuerdos de toda esa gente a la que vas a echar de menos. Podrías escribir algo sobre ellos, pero ya lo saben.
    Sientes esa horrible sensación en el estómago, ese eterno, ¿qué se me olvida en la maleta?, que no te abandonará hasta que días más tarde descubras qué es lo que faltaba. Más que una maleta, necesitarías un camión. Hará frío, te avisan. Al menos el abrigo no te robará espacio…
    Cuatro días para despedirse de todo el mundo.
    Es, cuanto menos, un reto.

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